Los crímenes perpetrados por el PCP-Sendero Luminoso
La historia del Partido Comunista Peruano, conocido como Sendero Luminoso, está llena de crímenes y actos violentos que quedaron impregnados en la mente de muchos peruanos. Con la finalidad de imponer el “orden” al que aspiraba esta organización, Sendero Luminoso no dudó en llevar a cabo numerosos ataques sangrientos en el Perú, tanto en Lima como en otras provincias y comunidades nativas, durante los años 1980 y 2000. El Pensamiento Gonzalo fue una de las principales causas del gran número de víctimas fatales que dejó este periodo, puesto que avala el uso de generalizado y sistemático del asesinato como forma de eliminar a todo aquel que se oponía a su pensamiento político y de intimidar a la población de las comunidades a las que el PCP-Sendero Luminoso intentó controlar. Dentro de sus víctimas, se centraban en autoridades locales de las instituciones estatales y comunales, campesinos, comerciantes y agentes de las fuerzas del orden. De este modo, en las siguientes líneas expondremos los crímenes más notorios perpetrados por Sendero Luminoso en el Estado Peruano.
Nota: Adaptada del archivo histórico de El Comercio, 2014 |
Nota: Adaptada del archivo histórico de El Comercio, 2014 |
Nota: Adaptada de el Ministerio de Cultura, 2019 |
Asimismo, la situación dentro de las diferentes provincias también era devastadora.
Comenzando por el caso de la localidad de Aucayacu, ubicada en la provincia de Huánuco. En esta zona se registraron acciones subversivas que fueron en aumento. El 6 de agosto de 1986, Sendero Luminoso implementa una acción denominada como la “limpieza social”, en la cual buscaban ganar el apoyo de la sociedad mediante la eliminación de personas que consideraban como “indeseables”; es así que posteriormente ejecutan a diez personas, entre ellos homosexuales y mujeres que ejercían la prostitución (Montalvo, 2017).
Chuschi, una comunidad andina en Perú, fue escenario de ataques de Sendero Luminoso durante el conflicto armado interno en las décadas de 1980 y 1990. Esta región, fue particularmente afectada por la violencia, con actos de terror que incluyeron asesinatos y ataques a la población civil. Pero es importante recordar que el conflicto involucró a múltiples actores, incluyendo las fuerzas de seguridad peruanas y otros grupos armados. (Rodrigo, 2020). El conflicto dejó miles de muertos y desplazados, y se llevó a cabo investigaciones y juicios para buscar justicia para las víctimas.
El estudio de la violencia política en el Perú se ha centrado en dos comunidades locales en el departamento de Ayacucho: Uchuraccay, en la provincia norteña de Huanta, y Huancasancos y Lucanamarca, en la provincia centro-sur de Huancasancos. A pesar de tener historias diferentes, estas comunidades andinas experimentaron violencia y represión extrema por parte de SL y las fuerzas contrainsurgentes durante los primeros años del conflicto armado. Sin embargo, estas comunidades ocupan diferentes lugares en la representación nacional de la violencia política en el Perú y tienen diferentes experiencias de recuperación después de la conclusión de las acciones armadas en la región. (Rivera, 2020). Fueron 69 los campesinos asesinados por miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso en Lucanamarca, Ayacucho.
En el año 1982 y la instalación de un Comando Político Militar con sede en Huamanga, los primeros días de abril de 1983, se instaló en el distrito de Totos una base del Ejército. Totos constituía una repartición militar de particular importancia al inicio de la intervención del Ejército en la provincia de Cangallo y tuvo un rol fundamental en la lucha contrasubversiva en una de las zonas más convulsionadas del departamento de Ayacucho, lo que vincula directamente la actuación del personal militar de este destacamento a la práctica de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales. Como parte de las acciones desarrolladas por la Base Militar de Totos para combatir a las columnas de Sendero Luminoso que actuaban en los distritos de Chuschi, Totos y otras localidades aledañas. Se iniciaron una serie de operativos por efectivos militares al mando del conocido como “Capitán Chacal”, Santiago Alberto Picón Pesantes, acompañados de aproximadamente un centenar de pobladores de las localidades afectadas. Estos operativos se concentraron en la zona que comprende la Comunidad Campesina de Quispillaccta, su principal centro poblado y sus anexos.
Nota: Exhumación. Una de las fosas donde estaban las víctimas. |
El 21 de mayo de 1983, un grupo conformado por más de 100 militantes del PCP-Sendero Luminoso incursionó en Canchacancha profiriendo gritos alusivos a la “lucha armada”, realizando disparos con armas de fuego, lanzando explosivos y amenazando con destruir la comunidad si es que no se producía una inmediata rendición. Pese a que fueron sorprendidos por los sediciosos, los ronderos consiguieron hacer sonar la campana de la iglesia e intentaron defenderse. Sin embargo, tuvieron que replegarse a la parte alta de la comunidad, en el lugar conocido como “El Calvario”, y limitarse a lanzar piedras con sus hondas, tras apreciar que los atacantes los superan ampliamente en número. En tales circunstancias, los senderistas tomaron la plaza principal de la comunidad y prendieron fuego a las viviendas ubicadas en la calle Cahuide. Al observar la situación, los ronderos decidieron dirigirse al encuentro de los subversivos, quienes los repelieron disparándose. Producto de ello, el ciudadano Modesto Conde Roca resultó herido. Posteriormente, algunos de los atacantes irrumpieron en el domicilio del comunero Mariano Conde Cancho, quien se encontraba acompañado por su hija Rosalía Conde Quispe. Ambos fueron duramente golpeados. Rosalía logró escapar y esconderse en las inmediaciones de su casa, desde donde pudo ver cómo los atacantes prendían fuego a la vivienda y vociferaba la frase “¡Así mueren los soplones!”. Cuando los subversivos se retiraron del pueblo, Rosalía volvió a su casa y encontró a su padre tendido en el patio, aún con vida. Pudo observar que había sido acuchillado, que tenía los dientes rotos y que había recibido un hachazo en el rostro. Pese a los cuidados de su hija, Mariano Conde murió tras largas horas de agonía. Al ser asesinado, tenía 52 años de edad (Antonio, 2022).
Nota: El ataque en Chuschi, Ayacucho, en 1980 dio inicio a los actos terroristas de Sendero Luminoso. |
Los eventos ocurridos en Ayacucho, Chuschi, Lucanamarca, Totos y CanchaCancha son un testimonio impactante de la extrema brutalidad y violencia que afectó al Perú durante el conflicto armado interno. Sendero Luminoso, una organización insurgente con raíces en el comunismo maoísta, perpetró una campaña de terror que incluyó asesinatos en masa, ejecuciones y ataques a la población civil. Estos horrores dejaron profundas heridas en la sociedad peruana y dejaron una marca indeleble en la historia del país. La búsqueda de justicia y la preservación de la memoria de estas tragedias son esenciales para comprender el pasado y avanzar hacia la reconciliación en el Perú contemporáneo. Estos casos subrayan la importancia de recordar y aprender de la historia para evitar que semejantes atrocidades se repitan en el futuro.
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